Se acoge a niñas de 6 a 18 años víctimas de violencia sexual mayormente dentro del contexto familiar, siendo necesaria una actuación integral debido a que sufren daños físicos y sicológicos a corto y largo plazo afectando a su salud física, mental y emocional. Se inició en el 2005 bajo la comunidad jesuita y laicos. Tiene capacidad para 15 niñas o adolescentes. Dependiendo de cada caso se incorporan al colegio en el curso correspondiente o acuden a diversos talleres. Los objetivos son el restablecimiento emocional, su capacitación escolar o laboral y en su caso la reinserción familiar.
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