Hogar Akwaba (Bienvenidos)

De la mano de la congregación de La Salle comenzamos en el 2012 a colaborar en este proyecto que acoge a niños de la calle en régimen de internado. La historia se repite. El Hogar no es un objetivo en sí mismo. Es un lugar de acogida mientras se prepara al niño para que vuelva junto a su familia. Poco a poco se va descubriendo de dónde vienen, quiénes son sus padres y por qué llevan tiempo viviendo en la calle. Siempre hay un conflicto en el origen de sus historias: alcoholismo, maltratos físicos, una segunda esposa que no acepta al hijo que su marido tuvo en su anterior matrimonio, la muerte prematura de la madre que se atribuye con frecuencia al niño, niños brujos, niños de la guerra, etc etc. Intentar recomponer los lazos familiares es la tarea del equipo de educadores. Cuando llegan al Hogar y después de un reconocimiento médico pasan una semana “a su aire”. Se les deja que coman y duerman cuanto quieran. Comer algo caliente, bien preparado, y dormir sin miedo a la policía o a los delincuentes callejeros es el primer paso para echar raíces en el Hogar.


La escuela del Hogar tiene tres clases de Primaria abiertas a los niños y niñas del barrio. De esta manera los niños de la calle y los del barrio se mezclan y trabajan juntos. Una cuarta clase acoge a los nuevos que van llegando donde se comprueba su nivel con objeto de reintegrarlos al circuito escolar.


Los niños no vienen al Hogar Akwaba por sí mismos, hay que ir a buscarlos. Esta actividad se hace por la noche, dos viernes cada mes. Un Hermano de la congregación, un animador permanente y dos o tres niños del Hogar van a las calles por donde deambulan estos niños y una vez que los niños del Hogar entablan conversación con «algunos de los suyos» el Hermano y el animador intentan convencerles para que prueben estar unos días en el Hogar.


La reinserción es gradual hasta lograr que se integren plenamente. Posteriormente se realiza un seguimiento del niño y su familia para asegurarse que todo marcha en las condiciones adecuadas. Actualmente hay alrededor de cincuenta niños acogidos. Cuando después de un máximo de tres o cuatros años no se consigue la reinserción, se envía al niño (ya preadolescente) a otro centro de acogida o se le coloca como aprendiz en un taller para que aprenda un oficio y pueda ganarse la vida.


Venimos colaborando en el sostenimiento del centro.