Colaboramos con este centro regido por los salesianos. Imparten cursos de manera gratuita de formación profesional de un año a jóvenes que no han cursado o no han terminado sus estudios de secundaria. Un buen número de estos jóvenes están en situación de calle, andan todo el día deambulando por la ciudad con el riesgo de malearse que ello implica. Muchos de ellos al terminar encuentran un trabajo, modesto pero que al menos impide que sigan en esa situación de riesgo.
Vienen apuntándose alrededor de 130 jóvenes al año en cursos de mecánica del automóvil, de montaje y soldadura, de albañilería y de carpintería. Viendo las características tan especiales de estos jóvenes, a aquellos que suspenden se les da la posibilidad de poder repetir siempre y cuando muestren interés. Los que aprueban realizan tres meses de prácticas en empresas, talleres o en construcción. Un trabajador social los acompaña y les visita.
Se dan también las deserciones siendo las razones fundamentales la vulnerabilidad de las familias, la distancia desde su casa a la escuela, las dificultades para acostumbrarse al ritmo y la disciplina escolar después de haber vivido en la calle. El reclamo para que se acerquen al centro a realizar los estudios es el ofrecimiento de comida gratuita. Los alumnos reconocen que poder comer un plato (para algunos es la única comida del día) es un factor muy importante en la asistencia primero y posterior persistencia en los cursos.