Tristeza. Se ha ido un hombre bueno. Ayer tarde murió Tirso Blanco de un cáncer de páncreas. Argentino de padres españoles, misionero salesiano llegó a Lwena en 1986 en plena guerra civil.
Fue nombrado obispo de la diócesis de Lwena en 2007 dedicando la mayor parte de su vida (desde 1986 al día de hoy) a las misiones en Angola. Aunque había entrado en fase terminal y lo esperábamos la muerte siempre te sorprende.
Nuestro referente en Angola lo echarán en falta las gentes más necesitadas de su diócesis y también nosotros, Mamoré, Luis en especial con quien la relación tras 15 años de colaboración directa se transformó en amistad.
Siempre en primera línea, ni un paso atrás, como indica el bombardeo que sufrió su casa con la comunidad salesiana dentro en plena guerra civil no será fácil encontrar quien le sustituya con el ánimo, honradez y total desinterés personal que le caracterizaba. Incansable, en vísperas de su muerte seguía preocupándose por la marcha de los proyectos.
No nos queda sino seguir en nuestro empeño con la ilusión, con la pasión, la disponibilidad, el arrojo para luchar contra las injusticias con que Tirso lo hacía.
Te echaremos en falta.