Conviviendo con el Covid-19 en Camanongue

Camanongue es un municipio de la provincia de Moxico, en el este de Angola, donde comenzamos a construir un centro polivalente de formación en el año 2018.

Situado a las afueras del municipio, en una barriada de pobreza, la construcción del centro terminó el año pasado y bajo la tutela de la congregación de las Hijas de Santa Ana, propietarias del terreno, se arrancó con las distintas formaciones: cursos y talleres de alfabetización, agricultura, informática, corte y confección, cocina, higiene y algunas otros cursos más.

Actualmente acuden un total de 260 alumnos y cursos como los de alfabetización y apoyo escolar van acompañados, además, de alimentación ya que la zona registra una importante carencia en el aspecto alimenticio y ello provoca un descenso pronunciado en el rendimiento de los alumnos.

Alumnos de Camanonghe

Durante el último trimestre, el Covid-19 se ha ido expandiendo por Angola, como ha ocurrido en otros muchos países, y la situación está siendo muy complicada para la población. De seguir con el ritmo actual de nuevos casos, hay quién pronostica que en los próximos meses podría producirse una saturación en el sistema nacional de salud, el cual pelea ya con otras enfermedades muy peligrosas como son la malaria, la tuberculosis o el VIH-Sida.

En Camanonghe nos hemos visto obligados a cerrar, interrumpiendo los cursos académicos de forma presencial. No obstante, el equipo de allí no ha dejado de trabajar y los profesores han visitado a las familias acercándoles, de forma personal, tareas para cada alumno y repartiendo la comida que ya estaba comprada entre las familias más necesitadas del entorno.

Profesores del centro llevan tareas a sus respectivos alumnos, para que no interrumpan su aprendizaje.

Además, tenemos allí un pozo de agua que está resultando de gran ayuda, más si cabe, en los últimos meses. Desde el comienzo del estado de emergencia, se está distribuyendo agua de forma gratuita y la demanda, como podéis imaginaros, es altísima.

La pandemia está poniéndonos muy a prueba pero desde Fundación Mamoré seguimos buscando fórmulas para ser útiles en estos momentos tan delicados.