Próximos viajes a Bolivia y Congo

Fundación Mamore: alumnos de las guarderías de Lwamarhulo (Congo)

Fundación Mamoré afronta una primavera de 2018 importante y ajetreada en la que se realizarán visitas a Bolivia y Congo, por ese orden.

En el país andino destacarán las visitas a Cochabamba, donde encontramos proyectos como el Centro San José y el Centro Sayari Warmi. En el primero,  se acoge a niños de la calle ofreciéndoles apoyo médico,  psicológico y se trata de que reconstruyan la relación con sus familias, mientras que en el segundo, las adoratrices acogen a chicas de la calle de hasta 17-18 años. Niñas rescatadas de la trata de mujeres que pasan a ser internas en el centro donde reciben clases y diversos talleres. Titagallo, donde Mamoré subvenciona un internado en el cual residen 24 chicas y 32 chicos y que además sirve el desayuno para unos 150 externos, será también otra de las paradas importantes junto con el Norte de Potosí donde, si el tiempo lo permite, se visitarán algunos de los internados campesinos con los que se colabora activamente.

Después llegará el turno del viaje al Congo. En el país africano, los colaboradores de la Fundación visitarán uno de los proyectos claves y al que más esfuerzos se están dedicando. Se trata de la Residencia Universitaria Femenina de Ushirika, que cumple su primer curso escolar con un 100% de ocupación (68 estudiantes), tras un año de prueba al 50% de ocupación. Estas 68 chicas están cursando sus estudios universitarios sufragados económicamente por Mamoré. Además de esto, acudirán también a las guarderías en Idjwi donde se ha aumentado sensiblemente el número de niños, el orfanato de Katana, el comedor para ancianos que funciona en esta misma localidad o los centros de alfabetización y talleres de costura que se tienen en distintos puntos geográficos de la zona.

Estos dos desplazamientos servirán para tomar contacto directo con los proyectos en este primer semestre de 2018. Como es de imaginar, poco tiene que ver la imagen y la información que se recaba de los proyectos viéndolos “in situ”, con lo que se tiene desde la distancia por mucho que el seguimiento sea constante y la información que se recibe sea detallada.