Desde Fundación Mamoré trabajamos en RD Congo con la intención de ayudar a las personas en aspectos concretos. La educación, el apoyo a la mujer, la integración social o la sanidad son campos donde concentramos muchos de nuestros esfuerzos porque entendemos que son las patas sobre las que hacer crecer a las personas.
En Bukavu, como ya hemos comentado en otras noticias, contamos con la residencia para estudiantes de Ushirika. Allí 66 chicas cuentan con la oportunidad de desarrollar sus estudios universitarios pero alrededor de esta residencia, hay un barrio con sus familias, sus niños, sus problemas… y entendemos que tenemos que buscar fórmulas para que Ushirika no sea una «isla» en un barrio de la ciudad sino que tenemos que integrarnos y tratar de aportar nuestro granito de arena a todo el entorno.
Por eso, desde hace ya más de un año, las chicas residentes en Ushirika dentro de los trabajos solidarios que realizan, incluyen el de ofrecer refuerzo escolar para los niños de los alrededores. Además, las mujeres del barrio reciben charlas orientadas a otorgarles información y formación respecto a sus necesidades/problemas del día a día, y algunas de ellas han arrancado un proyecto de microcréditos con nosotros, y desde hace unas semanas también hemos comenzado, también, a organizar una serie de actividades lúdicas (deportes, juegos, teatro…) dirigidas a los niños del barrio con el objetivo de acercarnos a ellos y ofrecerles un valor añadido casi desconocido hasta ahora. Ponemos las instalaciones a disposición de estas actividades que, supervisadas por nuestro equipo y lideradas por las estudiantes, buscan, simplemente, sonrisas. Pasar un buen rato.
Hacer un puzzle, jugar un partido de baloncesto, saltar a la cuerda o hacer unas carreras… cosas habituales para cualquier niño de aquí y algo excepcional para los niños de nuestro entorno en Ushirika.